NUEVO ABUSO CONTRA LIDER MINERO PEDRO CONDORI
Los abusos en Minera Casapalca de la familia Gubbins no tienen cuando acabar. El reconocido dirigente Pedro Condori fue despedido después de una serie de intrigas y maniobras de la empresa. Llamamos a la urgente solidaridad de las organizaciones obreras y populares con su causa.
Por Redacción de Red Obrera
La familia Gubbins tiene una larga trayectoria de escándalos judiciales que se remontan hasta el al siglo pasado y que hoy se expresan en el enfrentamiento que sostienen sus principales herederos. Pero el mayor escándalo de la familia es el que cometen contra sus 2000 obreros en Minera Casapalca mantenidos bajo el régimen de servis.
La familia Gubbins tiene una larga trayectoria de escándalos judiciales que se remontan hasta el al siglo pasado y que hoy se expresan en el enfrentamiento que sostienen sus principales herederos. Pero el mayor escándalo de la familia es el que cometen contra sus 2000 obreros en Minera Casapalca mantenidos bajo el régimen de servis.
El año 2007,
el mismo Alan García cuando recién asumía el cargo por segunda vez, denunció
los abusos y el régimen de enganche practicado por esta empresa como en la
época Colonial, y la misma Sociedad Nacional de Minería se vio obligada a tomar
distancia de su asociado más antiguo. Tremendo escándalo motivaría la
movilización y lucha de los obreros por sus derechos, en los años 2007 y 2008.
Para
enfrentar el empoderamiento de los obreros, Alejandro Gubbins, ducho en
enjuagues judiciales, no encontró mejor recurso que usar su influencia y malas
mañas para procesar a los dirigentes y, en particular, al líder del sindicato
Pedro Condori.
Pedro Condori
fue acusado de homicidio culposo (por la muerte accidental de un policía
durante la represión a la huelga), obstrucción de la vía pública y resistencia
a la autoridad, siendo detenido y recluido con delincuentes de alta
peligrosidad en diferentes penales entre el 2011 y 2012 durante 15 meses. Un
abuso que despertó una amplia campaña de solidaridad nacional e internacional con
apoyo de organismos de DDHH, apoyo que lo arrancaría de la cárcel y lo devolvería
a su centro de trabajo.
Después de
esta dura experiencia Condori se alejaría de toda actividad sindical y se
dedicaría a trabajar en los últimos 6 años. Él es un minero especializado en
voladura y perforación con una experiencia forjada en varias minas del país. Su
“tranquilidad” y la de su familia volvería a ser interrumpida el 26 de
diciembre de 2017, cuando fue llamado junto a los otros 2000 compañeros de la
minera, para firmar un nuevo contrato de trabajo.
Los mineros
de Casapalca son tercerizados de manera fraudulenta y figuran en la contrata
MIRCASEC desde hace 15 años. Todos fueron citados para firmar un nuevo
contrato, esta vez para GMI, que es otra fachada de la empresa. Para la firma,
pese a que ésta se realizaba en orden alfabético, Condori fue llamado casi al
final. Luego se sabría por qué. Tres documentos se le colocaron enfrente: 1) Su
renuncia. 2) Su liquidación por 900 soles. 3) Su nuevo contrato. Nadie, con 15
años de trabajo, renuncia porque se lo pide el patrón, sin liquidación (en este
caso corresponde a 1.5 sueldos por año de servicios) ni indemnización, todo lo
cual hace un promedio de 50 mil soles para arriba, dependiendo de la
negociación. Pero engañados por su junta directiva, los 2000 trabajadores
firmaron. Condori fue el único que se reveló y no aceptó firmar denunciando el
hecho ante todos sus compañeros.
Es en tales
circunstancias que, el 2 de enero del 2018, a Condori no le permiten el ingreso
a la mina indicándole que “su contrata ya no existe”. Presto en cuestiones sindicales
de inmediato gestionó una constatación policial. En dicha constatación los
funcionarios de la empresa se ven obligados a reconocer que Condori trabajaba
en la empresa, pero que su lugar de trabajo era en la Unidad Minera Londres, ubicada
a dos kms. de la principal. Condori acepta y se acomoda en su nueva labor.
Pasan tres meses, en los que se da cuenta que él era el único que figuraba como
trabajador de MIRCASEC.
El 14 de
marzo la empresa monta una escena para producir su despido: no lo dejan
ingresar manifestándole otra vez que “la contrata no existe”. Vuelve entonces a
buscar la constatación policial, con la novedad de que esta vez ni el Juez ni
la Comisaria quieren atenderlo, poniendo en evidencia que querían fabricarle
una ausencia de tres días para justificar su despido. Decide desplazarse hasta
Yauli, en La Oroya, donde sí lo atienden, desde donde traslada a la autoridad
policial para que realice la constatación. Apersonados Condori y el Policía a
la mina no encuentran a nadie: las puertas de Administración y del Jefe de
Guardia lucen cerradas porque todos se habían escondido. Visto el desplante el
policía ejerce su autoridad y tras caminar y caminar y golpear puertas, obligan a
uno de los funcionarios a dar la cara. En su manifestación este funcionario
reconoce que la gerencia de Lima había ordenado no permitir el ingreso de
Condori a la mina. Con esta constatación en la mano, Condori se apersona a la
Dirección Regional de Trabajo de la Oroya donde presenta la denuncia por
despido arbitrario, la que es aceptada.
El 15 de
marzo Condori obtiene una primera resolución sobre su demanda que le es
favorable; la resolución indica: reposición a la planilla de Casapalca porque
demuestra la desnaturalización de su contrato; así demuestra de paso que tuvo
razón al no firmar los documentos que la empresa le puso enfrente. Un mes
después obtiene una segunda resolución que reafirma la primera. Ante esto la
empresa finge que acepta su reincorporación pero le ofrece destacarlo a Puno o
Huaraz. El 12 de junio, ante la diligencia de ejecución de sentencia, la empresa
finalmente acepta reincorporarlo a sus labores en Casapalca, lo que haría
efectivo el 26 de junio.
El 26 de
junio, a la hora de costumbre Condori se presenta a trabajar pero nuevamente un
funcionario lo inquiere para que se apersone a la Administración. En esa oficina
el administrador Pedro Gonzales le entrega una nueva carta que dice: “pre
despido”. Su nuevo despido se hace efectivo días después. Así, el mismo día que
debe reincorporarse de un despido injusto, lo vuelven a despedir. La “justificación”
para el nuevo despido es que es un “ex procesado”.
Como
referimos, Pedro sufrió injusta cárcel por 15 meses, y su caso fue archivado y él
mismo fue reincorporado a sus labores. Pero 7 años después, en lugar de ser
indemnizado por tremenda injusticia se lo castiga con un nuevo despido. No
obstante para Condori es fácil demostrar que fue absuelto y con su respectivo
certificado gestionar su nueva reposición. Pero no. Los Gubbins ahora manipulan
y mandan filmar jueces intentando obtener pruebas contra él, en un ardid ilegal
que APRODHE, organismo de derechos humanos que asumió su defensa y conoce su
caso, ha denunciado públicamente. Como resultado de estas artimañas es que
cuando Condori se presenta para solicitar el certificado policial de su
absolución, se entera que su expediente judicial… se ha “extraviado”.
El fondo de
todo el problema no solo es el abuso contra Pedro Condori sino que con su caso
se busca enterrar el abuso consumado contra los 2000 obreros de Casapalca, “renunciados”
sin derecho alguno y registrados 15 años después en una nueva servis. Estos abusos
se cometen pese a que por su condición laboral, la mayoría de ellos, incluido
el mismo Condori, literalmente dejan la vida en el socavón, donde adquieren silicosis
y neumoconiosis acortando sus esperanzas de vida, cuando no pierden la vida
misma bajo un derrumbe como sucede con harta frecuencia.
Solicitamos a
las organizaciones obreras, populares y organizaciones democráticas a enviar pronunciamientos
de solidaridad con Pedro Condori.
E mail: pedro13062015@gmail.com
Consultas o
información al Teléfono y WhatsApp: (51) 943 143 478.
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