DURA PERO EJEMPLAR LUCHA
Dos meses después, los obreros de
Hialpesa siguen firmes y llaman a mantener el apoyo a su justa batalla contra los ceses colectivos.
Escribe: Fredy Salazar. Redacción de Red Obrera
Dos meses cumplieron en la calle
los obreros de Hialpesa luego que su patrón, Jaime Abusada Salah, decidiera
despedirlos de forma imprevista y prepotente, el pasado 16 de junio. Ese día, a
190 obreros se les impidió el ingreso a la fábrica: a través de una hoja pegada
en la puerta de ingreso se enteraron que habían sido declarados en “cese
colectivo”. Desde entonces, los “cesados” viven un drama terrible: formalmente
no están despedidos y por tanto no pueden buscarse otro trabajo ni iniciar un
reclamo de reposición, ni tampoco son trabajadores porque no perciben salario.
Se encuentran –dice la norma—“con vínculo laboral suspendido”.
Máximo Gutiérrez, sec. general del sindicato. |
Una suspensión de labores para el empresario
equivale a tomarse unas vacaciones en Miami. Para el obrero que vive de su salario
es condenarlo a morir. Pero los Abusada Salah no solo les han quitado el
salario sino mostrando su vena sádica les niegan su propia plata: sus
vacaciones (muchas vencidas desde 6, 8, 10 meses y hasta 2 años), las
gratificaciones de medio año, etc. demandados ante el Sunafil, han sido
inspeccionados y se encuentran en proceso, pero aun así la empresa los mantiene
en la calle, como si el trabajador, su esposa y sus mismos hijos pudieran
decirles a sus estómagos: “espera hasta que califique el cese”.
El día que los 190 obreros fueron
“cesados” la empresa presentó ante la autoridad una solicitud junto con una
declaratoria de “suspensión perfecta de labores”. Esta suspensión perfecta de
labores hace que los trabajadores este en el limbo, porque es de aprobación
automático: “presentas la solicitud de cese, cierras la puerta y no pagas”, de
acuerdo a las facultades que le otorga el DL 728. Sí, eso dice la ley: por esta
bendita norma las empresas tienen el poder de echar a la calle a los
trabajadores que se les antoje, mientras tramitan su solicitud. Este trámite
puede durar 14 meses, como en BSH, y puede extenderse años cuando la empresa lo
judicializa, como sucede en Papelera Atlas (4 años).
50 días después de presentada la
solicitud el MT la rechazó por falta de sustentaciones, por tanto, en este
tramo no procede la “suspensión del vínculo laboral”. Sin embargo la empresa, pretextando que el
"cese" está en trámite, también se niega a pagar los salarios que les
corresponde a los obreros por este periodo.
Sindicatos se hacen presente en apoyo a obreros de Hialpesa |
Es obvio que el trabajador y el
empresario no somos iguales. Pero al dejar vulnerable al primero con el cese,
muchos son obligados a retirarse y renuncian a ejercer su derecho, lo que en
muchos casos representa cuantioso dinero que se apropia el patrón. Es más,
cuando al final --como ocurre en muchos casos--, el cese es declarado
“improcedente”, la empresa es obligada a reincorporar a los trabajadores, pero
no existe ninguna reparación por el daño que les infligió ni se le aplica
ninguna multa, por lo que queda impune para seguir cometiendo otros atropellos
iguales o peores. Así, los ceses se producen bajo una norma que permite y
legaliza el atropello. Lo peor es que en lugar de ser enmendado se pretende
hacerla más abusiva, a tono con la CONFIEP que ha pedido más flexibilidad para
producir más ceses.
Pollada masiva en solidaridad con los obreros |
Esto ocurre nada menos que contra
obreros que prácticamente dejan la vida en la empresa a cambio de miserias. En
el caso de Hilandería de Algodón Peruano S.A. se trata de obreros con 25, 30 y
39 años de servicios, con 60, 63, 65 años de edad, con un salario de 35 soles
cercano al mínimo oficial; obreros que son contratados por siempre (DL 22342),
que no les pagan la asignación familiar de acuerdo a ley y cuyos derechos se
pisotean a diario. Cuando ellos empezaron a trabajar la empresa apenas contaba
con una plantita en Zárate. Hoy ella se ha extendido a varias manzanas en el
mismo Zárate donde trabajan más de 2,300 obreros, tiene una fábrica en Chincha,
otra en Nicaragua y una infinidad de propiedades. Los obreros, en cambio,
siguen tan pobres como cuando ingresaron a la fábrica. Para hacer
multimillonario no hay misterios: hay que explotar y abusar de los obreros como
hacen los Abussada en Hialpesa, y como hace todo capitalista.
Ante esto, indignados y con rabia,
los obreros sacan fuerza de sus flaquezas y pelean por lo que les pertenece. Es
el pan de sus hijos. Es el esfuerzo de toda su vida. Buscando para el pasaje
entre sus familiares y haciendo lo que sea para sostener sus hogares, los
“suspendidos” se reúnen todos los días en el frontis de la empresa para
protestar por las inmediaciones o para movilizarse hasta el MT. Para aguantar
han puesto en pie una Olla Común y cada uno lleva en su mochila un taper con un
cubierto para poder alimentarse haciendo un alto donde lo encuentre la lucha,
agachaditos nomás. Cuando hay hambre no hay pan duro: el mismo Máximo
Gutiérrez, el secretario general, obtiene aquí los alimentos que le permiten
seguir en pie porque para él, como dirigente, la jornada no tiene fin. Además,
cada uno debe abonar una cuota para “pagar” a la asesoría legal.
Resisten sí, siguen los 95
afiliados firmes pero sus fuerzas no son infinitas. Los
Compartiendo la Olla Común, en el frontis del MT. |
obreros de Hialpesa
necesitan apoyo y solidaridad de toda la clase obrera para resistir y ganar
porque su causa es justa, porque se trata de vencer la voracidad capitalista que
arrasa con derechos elementales y hasta la propia dignidad. Algunos sindicatos
como Celima, Cogorno y Molitalia han llevado modesto apoyo, y el 6 de julio se
realizó una Pollada con la presencia de centenares de trabajadores de diversas
fábricas. Pero NO ES SUFICIENTE: SE NECESITA APOYO HASTA LA VICTORIA. Mañana te
puede tocar a ti, más porque enfrentamos una ofensiva general dirigida a
recortar derechos y reivindicaciones y que amenaza seguir creciendo. Hay que
pararles la mano YA a los explotadores. Hay que pararle la mano YA a Vizcarra.
No paremos hasta que todos los cesados vuelvan al trabajo y hasta colocarle un
cerrojo a los malditos ceses. Y esto solo puede hacerse movilizando a toda la
clase obrera, unida, para reclamarle a Vizcarra que dialogue con los cesados,
que practique con ellos el mismo “dialogo” que hoy les pide a los pobladores
del Tambo en huelga, y le solución inmediata. Por nuestra parte, no vamos a
parar ni cejaremos un minuto en esta batalla, junto con todos los verdaderos
luchadores, hasta lograrlo.
¡Viva la clase obrera unida y
luchadora!
¡Los ceses colectivos” no pasarán!
¡Abajo la CONFIEP cueva de
explotadores!
¡Apoyo al Tambo y a las luchas
populares!
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