DS 237: VIZCARRA ATACA NUEVAMENTE A LA CLASE OBRERA
Se pretende flexibilizar más los ceses colectivos con norma que será emitida en 60 días. En una primera protesta obrera, el SITOBUR sale a las calles.
Redacción de Red Obrera
Ocurrió otra
vez, como en el año nuevo. Mientras nos aprestábamos a celebrar las fiestas
patrias --si celebrar puede llamarse juntarse y compartir algo modesto con nuestras
familias--, Vizcarra nos infligió un nuevo golpe: el DS 237. Este decreto, llamado Plan Nacional de Competitividad y
Productividad, fija las metas y plazos para la implementación de las políticas
aprobados en el DS 345. El DS 237 es
un plan concreto con fechas y metas para implementar toda la reforma laboral
que busca la CONFIEP; en este decreto, además, se fija el mes de octubre (de
aquí a dos meses) para la reforma del DL 278, esto es para flexibilizar los
ceses colectivos.
El DS 345 se han asociado a la idea de la
eliminación del derecho de reposición ante el despido arbitrario, pero en
realidad sus objetivos van hacia el establecimiento de nuevas condiciones y
derechos para la contratación y el despido de trabajadores. Las medidas se
implementarán por partes y de acuerdo a las condiciones políticas. La anulación
del despido arbitrario requiere un cambio constitucional, lo que ahora ni el
Gobierno ni el Congreso están en condiciones de hacerlo. Pero para la reforma
del DL 728 basta un decreto supremo aprobado por el MT, por eso este es lo
nuevo que trae el decreto firmado por Vizcarra mientras el país cantaba
el Himno Nacional.
¿Y cómo
piensan flexibilizar los “ceses colectivos”? El DL 728 tal como está no facilita
los ceses colectivos como lo quiere la CONFIEP dado que los sindicatos luchan y
reclaman, y en muchos casos ganan, encontrando coberturas en dicha norma. Los
cambios que se piensan introducir son para ampliar los conceptos de “pérdidas
económicas” y “reestructuración”, para rebajar el límite de 10% hasta a un
trabajador, y para que el “cese” lo resuelva ya no el MT
sino un tercero, que siempre estará del lado empresarial. Así, con esta reforma, de los actuales ceses
colectivos pasaremos a su masificación porque los empresarios no solo ya no
tendrán escollos sino tendrán incentivos para hacerlo. Así, de paso, al abrirse
la puerta de los despidos los empresarios ya no tendrán necesidad de recurrir
al despido arbitrario para deshacerse de dirigentes y activistas.
Cuando nos
hablan competitividad y productividad debemos entenderlo como un plan para que los
empresarios obtengan más beneficios. No estamos hablando de volumen de ganancia
sino estamos hablando de rentabilidad, como decir la ganancia que antes
producía el salario de dos obreros ahora lo debe producir el salario de uno. Para
este objetivo hay dos caminos. De un lado la introducción de más máquinas y más
sofisticación en los procesos de trabajo, lo que implica el desplazamiento de
mano de obra. De otro, recortando derechos para abaratarnos más de lo que ya estamos. Esto es lo que se
busca la reforma laboral y, dentro de ella, la pretendida flexibilización de los “ceses
colectivos”.
Esto ocurre
porque los capitalistas están desesperados ante el enfriamiento de la economía.
Para ellos la mano de obra es una mercancía y por eso odian toda regulación que
nos proteja y nos permite ganar derechos. Lo toleran mientras obtienen altas
ganancias, pero cuando ellas bajan buscan suprimirlas ya que los ajustes que
aplican no le son suficientes. Su ideal es tener manos libres para tomar y
dejar del “mercado de trabajo” lo que quieran y como quieran, sin restricciones
ni obligaciones, más que el que se derive de la libre oferta y demanda. Por eso necesitan un nuevo marco normativo que coloque al trabajo en
ese nivel. Hacia este objetivo se encaminan los DS 345 y DS 237.
Si algún obrero
u obrera tenía dudas sobre la vena empresarial de Vizcarra ahora quizá vea más claro
la película. Para un miembro de la clase media, incluso para un burgués, los líos
entre Vizcarra y el Congreso son determinantes para tomar una posición por uno
o por otro. Pero para un obrero no porque los dos están unidos para atacarnos: al
lado de un Congreso corrupto tenemos un gobierno que aplica las medidas de la
CONFIEP con aval de aquel. Nadie nos puede distraer de ver claramente que
debajo del show y la crisis por las alturas lo concreto es que nos están
atacando Vizcarra y el Congreso de la mano.
Ahora se nos
pretende engañar con un nuevo debate sobre el adelanto de elecciones. A los
trabajadores no nos deben engañar sobre ese falso debate y menos con una
postura que lleve a apoyar a Vizcarra para seguir aplicando sus nefastas reformas
y seguir con Tía María. Ya lo dijo claramente el ministro Carlos Oliva: “convocando
a elecciones tendemos tranquilidad para aprobar las reformas”. Los trabajadores decimos fuerte
y claro: ¡Sr. Vizcarra y Congreso, váyanse todos ahora al carajo, con todos sus
nefastos decretos, no los queremos ni un minuto más!
Al mismo
tiempo nos quieren vender la ilusión de que con elecciones habrá una salida
a la crisis. La cúpula de la central dice, por ejemplo, que hay que prepararse
para las elecciones de Vizcarra. ¿Y mientras tanto qué? Mientras tanto seguirán
los ceses y se aprobará en octubre la nueva norma que hará masivo los ceses, y seguirá
Tía María.
No se trata de esperar a las elecciones. Se trata de luchar ahora
para enterrar el 345 y el 237, con el ejemplo de las bravas luchadoras del SITOBUR que el día de hoy salieron a las calles a protestar contra el DS 237. Se trata de apoyar a Hialpesa, Cogorno, BSH y al
Tambo que están luchando. Hay que hacer como la FDTA que desde el 5 de agosto convoca a una huelga general en Arequipa.
Y si
bien unas elecciones convocadas en este contexto no van a representar una
salida como la que necesitamos los trabajadores, al menos derrotaremos ahora a los que nos están atacando y tendremos un mejor escenario para defendernos
y seguir luchando.
¡Viva la clase obrera unida y luchadora!
¡Abajo los decretos 345 y 237!
¡Fuera Vizcarra y el Congreso serviles de la CONFIEP!
¡Abajo los ceses colectivos!
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