LA CLASE OBRERA SALE A LUCHAR
Los obreros de Celima salen a luchar con vistas a iniciar una huelga, como parte de la respuesta obrera al desastre que vivimos.
Cada
minuto muere un peruano y muchos ni siquiera son contados por la estadística
oficial. Los despidos masivos que dejaron sin empleo a más de la mitad de la
población, causa hambre en muchos hogares. La ruina de las pequeñas economías dejó
sin techo a miles que invaden terrenos en Chorrillos buscando donde vivir.
Esta
catástrofe que vivimos y que no tiene cuando acabar, no es un fenómeno natural
ni producto de una guerra: es por culpa del Gobierno que nada hace para comprar
oxígeno, camas Uci y vacunas para defendernos de la pandemia; como tampoco nada
hace para ayudar a los más necesitados. Es también culpa de los empresarios que
despidieron masivamente y recortan derechos obreros para proteger sus ganancias.
Pese
a la pandemia, la mayoría de grandes empresas no han parado un minuto, incluso
muchas obtienen inmensas ganancias como las mineras, clínicas y fábricas de
alimentos y de construcción. En ellas los obreros siguen trabajando, mismo
esclavos, sujetos a enfermar y morir arrastrando a sus familias, y sometidos a
abusos infinitos con jornadas extenuantes, robo de utilidades y pliegos sin
solución. Ni hablemos ya de la ausencia absoluta de una mínima solidaridad patronal
ante los contagios que sufren.
En
200 años jamás los intereses de clase se han puesto a la luz tan claramente como
ahora. Para el Gobierno y los empresarios los obreros no somos seres humanos
sino simplemente objetos de abuso y explotación.
¡No
se jalen los pelos entonces preguntándose cómo diablos es posible que crezca la
preferencia electoral por el candidato que señalan de comunista y terrorista, porque
plantea cambios al modelo de economía que, en su defensa cerrada, nos ha
conducido al desastre!
Estamos
hartos de sufrir. No nos quedan ya lágrimas pero sí desbordamos de indignación.
Buscamos un cambio no solo con el voto sino también con nuestra lucha.
Hace
dos años la corporación Belmont Cassinelli, propietaria de una inmensa red de
fábricas, tiendas e inmobiliarias, ni siquiera atiende los pliegos de los
trabajadores y los deja sin posibilidad de paliar en algo la gravedad del
momento actual, mientras estos no paran de producirles ganancias. Cansados los
trabajadores decidieron luchar.
El
sindicato Celima es un sindicato solidario. Es una de las voces de permanente
rebeldía y de lucha de la clase obrera contra el sistema de explotación y
abuso. Su salida a la pelea es un signo de la salida de la clase obrera a la
pelea en un momento crucial de nuestra historia, donde la disyuntiva es luchar
para no morir.
Llamamos
a toda la clase obrera unirse a ellos con las banderas y gritos que nos son comunes
y en repudio a la política del gobierno y los capitalistas.
Participemos
en su plantón en el frontis de la planta Trébol-Celima de la Panamericana Norte,
frente a Fiori, este miércoles 28 de abril a las 8.oo am.
Comentarios
Publicar un comentario