EN DEFENSA DE PEDRO CASTILLO Y DE VERONIKA, ¡CONTRA LAS CALUMNIAS!
Para deslegitimar su candidatura y bajarlo porque está en ascenso, Pedro Castillo (y varios de sus candidatos), es acusado de pro senderista por la gran prensa y la derecha reaccionaria. Del mismo modo, Vero es también atacada con otros calificativos no menos indulgentes. Nosotros no apoyamos ni votaremos por Pedro Castillo ni por Vero porque no acordamos con sus proyectos. Pero denunciamos de manera enérgica todos los ataques calumniosos dirigidos a cerrarles el paso como una opción popular, y defendemos su derecho a postular y defender libremente sus postulados.
Pedro
Castillo no tiene ninguna prueba de militancia senderista ni en el Movadef. Pero
se le hace esa acusación desde que ha sido el principal dirigente del Sutep
Conare, a la que se le atribuye dicha afiliación de manera calumniosa. El Sutep
Conare (hoy Fenatep) es un sindicato disidente del oficial que dirige Patria
Roja (Sutep). Como todo sindicato, tiene corrientes políticas en su interior y,
en su caso, comprende a las más variadas corrientes maoístas desprendidas del
antiguo SL, lo que no lo hace “su” colateral. La CGTP tampoco es una “colateral”
del Partido Comunista. Ambos son sindicatos con direcciones y corrientes en su
interior que predominan y son combatidas por otras en el marco de lo que es el
frente único.
El
“terruqueo” es una política oficial reaccionaria dirigida a deslegitimar y
reprimir las luchas y a los luchadores. Contra el Sutep Conare y sus dirigentes
se levantó esa inmensa campaña desde el Estado con la finalidad de derrotar y
no atender los reclamos de la gran huelga magisterial del 2017, hecho que
fracasó por la profundidad y legitimidad que le dieron las bases a la lucha. Ahora
la reacción la remueve en la campaña electoral para frenar el ascenso de Pedro
Castillo que hasta ayer no existía para los medios. Pero esto no es novedad. La
reacción y la misma patronal siempre usan este y un arsenal de calumnias para
atacar las luchas y a los luchadores, y siempre los enfrentamos como parte de
nuestra pelea. La misma Vero sufre ataques de todo tipo, hasta “terruca” le
dicen. Por eso, sabiendo de donde viene deben ser rechazados ahora y siempre.
Sin
embargo, parece una ilusión. Porque el problema de ataques calumniosos se usan
al interior de esa misma “izquierda”, dentro de las fuerzas de JP y de Perú
Libre, y en las organizaciones que dirigen, contra los que los critican.
La
campaña de “terruqueo” de Pedro Castillo nació de Patria Roja (miembro de
Juntos por el Perú y con candidatos propios), que dirige por 40 años en forma
burocrática el Sutep, contra la disidencia de bases que conformó el Sutep
Conare. En la huelga del Sutep Conare de 2017 Patria Roja proveyó de ese “insumo”
de mentiras para que el Estado atacara la huelga, solo por defender el control
de su propio sindicato. Ahora repiten lo mismo.
Además
de ser una calumnia es una persecución. Las facciones maoístas que actúan en el
Conare no están en lucha armada, y menos el Movadef que abrazó la causa de la “democracia”
en favor de una amnistía para sus presos a quienes el Estado castiga con un
entierro de por vida. Nadie puede ser preso ni perseguido por sus ideas, lo
dice la Constitución porque es lo mínimo que garantiza un sistema que se llama democrático.
Pero aquí esto no sucede. Se les persigue, procesa y encarcela solo por
defender sus ideas. Y este atropello, repetimos, es instigado y apoyado por Patria
Roja, el Partido Comunista y la “izquierda” agrupada en Juntos por el Perú.
Preguntamos:
si se defiende a Luis Samán del sindicato Backus acusado por la empresa de terrorismo,
¿por qué no se defiende a todos los otros acusados del Conare de manera
injusta? Es obvio: por mezquinos intereses políticos.
Pero
en la orilla de Pedro Castillo existe el mismo problema. En el sindicato que
dirige la oposición también es acusada de infiltrados, agentes, etc., son agredidos
físicamente y muchas veces hasta expulsados. Los mismos métodos “antidemocráticos”
que repudian son los mismos métodos que ellos usan al interior del sindicato contra
los que los critican.
Estos
sectores (JP y Perú Libre) tienen pues un doble discurso. Para fuera denuncian los
ataques contra sus derechos y se reclaman “democráticos”, antifujimoristas,
antidictatoriales. Hacia su interior son dictatoriales contra sus críticos.
Los militantes honestos de JP deben hacer este deslinde y reclamar a sus dirigentes un pronunciamiento claro en contra del “terruqueo” de la prensa y los candidatos reaccionarios contra Pedro Castillo y sus candidatos; el mismo rechazo que debemos hacen todos contra los que terruquean y atacan de manera impropia a Vero. El movimiento popular solo avanzará si nos unimos todos contra los ataques que se dirigen contra él en forma de terruqueo, de criminalización y de violentación de los derechos democráticos, lo que ahora tiene la forma de frenar el ascenso al Gobierno o a una buena fracción parlamentaria por parte de estas organizaciones.
Pero también avanzará si
deslinda con las calumnias que se usan en el debate en las organizaciones
sindicales por parte de las dirigencias contra sus opositores. Las calumnias
son inaceptables. Las expulsiones y agresiones físicas que se usan en la CGTP y
en el CONARE contra los que critican, también, y hay que luchar por
erradicarlos.
Organizaciones como el PST no apoyan a las candidaturas de Vero ni Castillo porque creen que su programa y su política no representan de manera auténtica los intereses de la clase obrera, y llaman a anular el voto. Pueden estar equivocadas. Pero son posiciones políticas y como tal deben ser combatidas. Pero en su lugar se les lanzan acusaciones desde agentes de la derecha y hasta también de “terrucos”, nada menos que desde las filas de JP con la anuencia de sus dirigentes, y de Vero.
En campaña electoral, la batalla por
los votos es asumida como de vida o muerte por los candidatos, pero esto no
justifica el todo vale, pisoteando el elemental principio de la libertad de
opinión y de crítica. Nadie es dueño de la verdad. El PST no pretende serlo. El
único criterio de verdad es la práctica porque es donde se prueban las ideas. Pero
aquellos que usan la calumnia cuando no su energúmena fuerza para combatirnos,
no hacen más que dañar al movimiento social, porque para fortalecerse éste
necesita debate y critica con plenas garantías.
Es
lamentable pero este tipo de discrepancias, y sobre todo por falta de
compresión de lo útil y necesario que es el debate y la aceptación de
discrepancias, hay dirigentes que hasta rompen relaciones y dinamitan puentes
de unidad muchas veces forjadas en la lucha común.
Basta
de calumnias, discutamos ideas. Basta de intolerancia: escuchémonos. Solo de
esta forma se forjará el frente único de las organizaciones sociales y avanzarán
hacia el logro de sus objetivos.
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