LA CLASE OBRERA DEBE UNIRSE A LA HUELGA AGRARIA PAR QUE GANEMOS TODOS
Avancemos de la huelga agraria hacia la derrota del gobierno patronal y asesino de Sagasti y por el triunfo de las reivindicaciones de la clase obrera.
La poderosa huelga agraria agravó la crisis del precario gobierno patronal de Sagasti y nos colocó ante el desafío de unir a toda la clase obrera en torno a ella para garantizar su victoria y la de nuestras reivindicaciones.
El presidente Sagasti y voceros de su entorno ven en la poderosa huelga
agraria la mano de infiltrados y ex golpistas, en un intento por denigrarla para justificar su negativa a atender sus reclamos. En tanto, la patronal acusa al gobierno de debilidad ante el conflicto y exige aplicar
mano dura, como si no fuera suficiente lo que ya viene haciendo. Ambos parecen
haber perdido la cabeza y lo único que vienen logrando es atizar el fuego.
Ellos creen que los trabajadores somos a su imagen: complotadores, mentirosos, jugadores, corruptos y hasta golpistas; métodos con los que gobiernan y con la que han arruinado al país. Ellos jamás podrán ver en la actual huelga agraria una lucha justa, legítima y digna; una expresión del hartazgo de años de abuso, explotación y humillación de los trabajadores en beneficio de un puñado de capitalistas. Tampoco podrán ver que ella es parte de un estallido social contra el podrido régimen que nos gobierna y que se percibe como parte de la maquinaria de robo y explotación capitalista.
Por eso, los únicos que tienen bien puesto la
cabeza en estos momentos son los trabajadores que hacen lo que deben hacer, no
solo para recuperar los derechos que nos robaron sino en la búsqueda de una
salida para el país.
Pero, con todos sus problemas, el enemigo de clase actúa buscando
preservar sus intereses. Al quinto día de huelga el Gobierno dio un paso atrás
con la propuesta de derogar parcialmente la Ley de Promoción Agraria y con el
anuncio de prohibición de las services, pero al mismo tiempo no resuelve el conflicto porque no acepta mejorar la remuneración que pretende que se mantenga en el mínimo, y
reprime. Ayer causó la muerte de Jorge Muñoz, joven obrero (20) de Camposol en Trujillo, lo que nos llena de bronca porque nos responde con bala el mismo Gobierno que surgió del repudio a la represión que produjo la muerte de dos jóvenes en la lucha contra Merino.
La estrategia del Gobierno es ceder algo para luego cerrar filas con el Congreso y la
misma patronal --que preferirá entregar el anillo antes de perder el dedo--, para sobre esa base volver a la carga contra los huelguistas, impidiéndoles alcanzar un triunfo en regla y, de paso, impedir lo que
puede convertirse en un triunfo de toda la clase trabajadora.
Por eso, en este punto, para los huelguistas y la clase trabajadora
misma, se trata de definir claramente a dónde apunta esta lucha. Los
obreros en huelga apuntan bien –además de los mencionados puntos—cuando exigen un
salario mínimo de 60 soles (el doble
del que rige actualmente).
Los empresarios pueden aceptar que el sector agrario ingrese al régimen
laboral común donde todos conocemos las múltiples maniobras que hace la patronal
para mantener los salarios en niveles miserables y pliegos sin solución. Por eso para ellos es un escándalo
un aumento del 100% de la remuneración mínima, y no solo por los agrarios sino para todos los patronos porque implicaría que dicho aumento tendría que generalizarse, produciendo un
aumento general dado que los salarios tienen como referencia al
mínimo de 30 soles.
¿Y qué son 60 soles de mínimo en relación a las ganancias de los grandes capitalistas del Banco de Crédito y del Grupo Gloria, de los Kimpler y Cilloniz, que están entre los grandes latifundistas hoy al desnudo en sus políticas de sobreexplotación en el campo? Una bicoca. Un pelo del lobo. Claro, siempre van a argüir que los “pequeños y micros” se arruinarán.
Lo importante es ver que así como esta lucha afecta los intereses del conjunto de la burguesía, también comprende los intereses del conjunto de la clase trabajadora. Por ello el mensaje de lo que se discute y se negocia esta hora en el conflicto es claro: salario mínimo de 60 soles. Por eso necesitamos unificar la lucha de la clase obrera en torno a esta demanda para que así ganen los agrarios y también gane toda la clase obrera, para poder respirar algo luego de la asfixia a la que nos han empujado con las medidas de suspensiones perfectas y recortes de derechos en la emergencia sanitaria.
Los luchadores del campo están haciendo lo que deben hacer y manifiestan decisión en la defensa de sus demandas, pero están solos, y el enemigo común que ahora está mareado hoy o mañana se pondrá de acuerdo para hacerle frente, por ejemplo –como decimos--, entregando el anillo para no perder el dedo. O haciendo maniobras de todo tipo, como poner a la población afectada por el bloqueo contra los huelguistas, cuando de ello únicamente son responsables el gobierno y los empresarios que son los que dilatan la solución solo para salvar los bolsillos de un grupo de capitalistas.
Por eso en estas
horas es necesario el accionar del conjunto de la clase obrera.
En esto, la dirigencia de la central ha mostrado también que perdió la
cabeza junto con los patrones con quienes concilia eternamente. Después de cinco
días convocó a una marcha para el día de hoy viernes 4, pero como un cumplido. Ahora ya no basta el llamado de “solidaridad”. Se necesita llamar a la clase obrera y al
pueblo pobre al combate por la derrota del gobierno y a la patronal, y por la
solución al conjunto de las reivindicaciones obreras y por una salida a la
grave crisis nacional. Se trata de denunciar la represión exigiendo la
disolución de las fuerzas represivas y llamar a la organización de la
autodefensa obrera. De exigir se convoque ya a una Asamblea Constituyente Libre
y Soberana, pues no servirá una producto de “diálogos” y “pactos” como quiere
la central, sino la que sea producto del
combate en las calles y el desarrollo de nuestros organismos unitarios de lucha
a fin de que atienda nuestros reclamos fundamentales.
¡Viva la huelga de las obreras y obreros del campo!
¡Unir las luchas en torno a la demanda agraria de Salario Mínimo de 60
soles!
¡No más represión, disolución de las fuerzas represivas!
¡Abajo Sagasti y por el triunfo de las demandas obreras!
¡Por un Gobierno de los Trabajadores que saque al país de la crisis!
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