GOBIERNO DESATIENDE HUELGA DE TRABAJADORES AGRARIOS
¡APOYEMOS YA CON MOVILIZACIONES A LA HUELGA COMBATIVA DE LOS OBREROS Y OBRERAS DE ICA!
Una
comisión de funcionarios de segundo nivel se apersonó ayer para dialogar con
los huelguistas y no llevó ninguna propuesta de solución, y luego se retiró,
motivando que la huelga no solo se ratifique sino se intente extenderla y radicalizarla.
La ambivalencia del Gobierno para atender las demandas obedece a su profundo
compromiso con los enromes intereses empresariales, cuyo sector reclama una
respuesta represiva que restablezca el “orden”.
La
zona bloqueada comprende los barrios obreros de El Álamo, Barrio Chino y Expansión
Urbana, que se extienden a lo largo de la carretera Panamericana Sur entre Pisco
y Nazca. Camiones de carga y buses de transporte interprovincial se encuentran
impedidos de avanzar de los que vienen hacia Lima y los que de aquí van hacia
el sur. El bloqueo se hace con piedras, palos y llantas encendidas y es
mantenida por piquetes masivos de trabajadores, hombre y mujeres.
El
primer día fue de estallido. La bronca acumulada por años de explotación y
humillación se desbordó como en las antiguas rebeliones campesinas, llegándose
a atacar locales de las principales empresas agroexportadoras y a invadir
algunos fundos. Fernando Cilloniz, gerente del fundo El Algarrobo y pre candidato
a la presidencia, comparó estos hechos con el “terrorismo”, denunciando que afectan
la “propiedad”, y llamó a las autoridades a imponer orden.
El
representante del Defensor del Pueblo local manifiesta que el conflicto no
tiene un dirigente ni una organización reconocida, idea que es alimentada por
los grandes medios de prensa que –como siempre hacen— buscan una mano escondida
detrás de estos hechos, una mano por ejemplo como la del Movadef o las del
antaurismo, que les permita justificar acciones más represivas.
Lo
cierto es que esos dirigentes y organizaciones sí existen, y son el Frente de
Defensa y la Federación de Trabajadores Agroexportadores. Pero también es
cierto que no es una huelga convencional por el simple hecho de que los 80 mil
que se estima que trabajan en el sector el 90% son precarios, son contratados en
condiciones deplorables e impedidos de organizarse sindicalmente. Por eso la
lucha se organiza en los mismos barrios.
Para
concurrir a sus lugares de trabajo las obreras y obreros deben partir de entre
las 3 y 4 de la mañana. Las jornadas son de 12 horas. No hay desayuno, ni
almuerzo, ni agua. Los abusos de los “caporales” y humillaciones a que son
sometidos recuerdan a la época de los gamonales. Todo esto a cambio de
miserias.
Se
dice que el pago mínimo es de 39 soles (algo más de 10 dólares diarios) que no
alcanza a nadie para vivir. Pero ese monto es un engaño que oculta otra realidad
más cruel: al salario mínimo que se les paga (30 soles día), se suman las alícuotas
de CTS y las gratificaciones, haciendo los 39 soles. Un sistema de pago único
que se denomina flexible porque diluye en un solo pago todos los beneficios, de
tal modo que el trabajador no recibe ningún otro pago adicional y cuando se le
vence su contrato o se retira no recibe ni un centavo de liquidación.
“Yo
estoy laborando desde setiembre y estaré hasta marzo, pero no me pagarán
ninguna liquidación”, dice Claudia Ascona Huallpa, del Fundo California.
Los
empresarios difunden la falsa información que los salarios suelen llegar a dos
y hasta tres veces más. Eso es cierto para una ínfima minoría ubicada en puestos
denominados indispensables, pero la gran mayoría prácticamente rota, con
contratos que van desde un mes, y pasan de un fundo a otro, y por ello no pueden
organizarse y defenderse.
Se
habló siempre sobre las “bondades” del modelo de economía neoliberal impuesto
por la dictadura de Fujimori y sostenida por todos los gobiernos de la democracia
corrupta que estos días muestra su absoluta descomposición. En este marco el
sector de agroexportación se expandió pasando de representar un valor de 800 millones
a 7,000 millones, y se habla de “pleno empleo” en varias regiones, como en Ica
(en el sector trabajan un promedio de medio millón)). Sin embargo, las razones
de este “éxito” ya no son un secreto para nadie, sobre todo a partir de esta
explosión obrera que ha puesto al desnudo una realidad tan cruel como
indignante: la sobreexplotación de los trabajadores.
Esto
explica que en las mismas manifestaciones se escuche la demanda --junto a la
derogatoria de la ley de promoción agraria--, de nueva Constitución. De la
reciente rebelión juvenil y popular contra la corrupción del poder y que llevó
a producir una de las crisis más graves de nuestra historia, los trabajadores
han sacado la conclusión de que se necesita una salida de fondo, y han hecho
suyo la demanda de Asamblea Constituyente, siguiendo el ejemplo de las
expectativas que mueven al pueblo chileno. Los trabajadores agrarios ven que su
condición laboral precaria y sus derechos recortados --que es la otra cara de
la misma moneda que otorga beneficios excepcionales a los empresarios del
sector--, está fijada en las leyes, por lo cual también han comprendido la
necesidad de luchar por un cambio constitucional.
De
este modo, la gran huelga obrera del sur es la continuación de la rebelión de
noviembre. Pero ahora con las banderas obreras bien en alto, apuntando al
corazón del modelo capitalista de saqueo y superexplotación.
Llamamos
al apoyo a la lucha de los trabajadores agrarios, por el triunfo de sus
reivindicaciones. Su triunfo será de toda la clase trabajadora que abrirá el
camino para que vengan otros, por las innumerables reivindicaciones acumuladas en
años de barbarie capitalista y agravada con la pandemia.
La
CGTP ha emitido un pronunciamiento de “apoyo”. Ya no bastan los
pronunciamientos. Es hora de la acción. La clase obrera de todo el país debe
ser convocada a una movilización inmediata de apoyo a la lucha de sus hermanos
del campo por que triunfen sus demandas. ¡Solidaridad y apoyo a la lucha de la clase
obrera agraria!
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