¡BASTA DE LAMENTOS POR IQUITOS, HAY QUE LLEVAR AYUDA AHORA!
Mientras el
presidente Vizcarra anuncia con optimismo que estaríamos llegando al pico de la
pandemia, la realidad muestra exactamente lo contrario: estamos en camino a un colapso
en todo el país. Esta realidad la vemos estos días en Loreto, situación que el
gobierno no quiere ver y disimula entre un montón de datos y cifras que además
están distorsionadas.
Al día 11 de
mayo se informaba oficialmente que en Loreto había 75 fallecidos por Covid-19. Pero
el director regional de salud informaba ese mismo día (fuente El Comercio) de
761, es decir de una cifra diez veces mayor. La tasa de muertos es de 1 por
cada hora: en un solo día (7 de mayo), el mismo funcionario declaraba a RPP que
durante esa noche habían fallecido 13 personas, solo en el Hospital Regional.
En cuanto a
contagios sucede lo mismo: de manera oficial el reporte es de 2 mil infectados.
Pero en una toma de pruebas rápidas en el inmenso mercado de Belén donde
laboran miles de personas, se comprueba que el ¡100% están contagiados!
El virus no
perdona. Los infectados comprenden a casi todo el personal de primera línea.
Hace días se informaba que ya eran 11 los médicos muertos. Ayer, el mismo
gerente de operaciones de Essalud, Oscar Ugarte, dijo que el personal de los
centros de salud, desde las enfermeras hasta los comandantes y jefes de
campaña, están cayendo, que muchos de estos centros quedan disminuidos o están desapareciendo,
dejando sin asistencia a la población de las localidades más pobres.
El mismo Dr.
Ugarte, con sorpresa, buscando una explicación de este drama, dice que en
Iquitos el promedio de pacientes que requieren internamiento es de 40%, cuando
en “otros países” es de 10%. Los señores del gobierno parece que no saben en
qué país viven. Por eso hace rato dictan medidas equivocadas. A diferencia de “otros
países” somos un país de mayoría pobre, de gente que vive hacinada, desnutrida
y vulnerables a enfermedades. Esa es la realidad de Iquitos y por eso la
pandemia se ceba con la población.
Y ante todo
este panorama mientras Vizcarra hace gala de un falso optimismo que solo busca
ocultarnos la realidad, el Dr. Ugarte, desde el terreno de los hechos y casi
desconsolado, nos dice: “estamos perdiendo la guerra”.
Solo se
puede entender que “estamos perdiendo la guerra” como una declaración de
derrota, como una aceptación de que la fatalidad que vive la región amazónica y
la que está próximo a vivir el resto del país, es inevitable.
No estamos
ante una maldición de Dios sino ante una realidad tangible: Iquitos muere por
falta de personal médico, oxígeno, medicinas, camas. Se sabe esto pero no se le
envía ayuda o se la hace a cuentagotas. Y de esto el único responsable es el
gobierno, que detrás de su decidía revela una política de dejar pasar semejante
tragedia simplemente por ahorrarse unos soles cuando recursos hay de sobra,
como lo muestra los 60 mil millones de soles que se ha entregado como "salvataje" a los grandes empresarios.
Alcemos la
voz por Iquitos. Iquitos es el Perú, todos los demás seguiremos sus pasos si
no hacemos algo ahora.
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