CORONAVIRUS: ¿LAS Y LOS TRABAJADORES DEBEMOS ENFERMAR Y MORIR MIENTRAS LOS PATRONES SALVAN EL PELLEJO?
Redacción de Red Obrera
Ante la
amenazadora propagación del COVID19 el gobierno está adoptando algunas medidas y
entre ellas ha orientado a las empresas a otorgar licencias médicas en caso de
enfermedad o ante la necesidad de aislamiento por evaluación. Sin embargo, se
señala que, solo en caso de ser portador del virus la empresa reconocerá al
trabajador/ra (si sigue vivo por supuesto) los días dejados de trabajar, y que
en el caso que no lo fuera él o ella deberá “devolver” los días no trabajados.
Esto merece
una condena general que ya mismo con el pronunciamiento de todos los sindicatos
y centrales dirigiéndonos al gobierno, debería corregirse. Pero el problema es
más grande y hay que abordarlo en su integridad.
La postura
del gobierno y de los empresarios ante la pandemia es de clase: mientras ellos
se ponen a buen recaudo, exponen a la enfermedad o la muerte a las y los
trabajadores.
Por ejemplo,
todas las grandes empresas y las instituciones del Estado, han otorgado
permisos o vacaciones a sus altos funcionarios, y han restringido severamente las
actividades y exposición pública de los que han quedado con el fin de evitar toda
posibilidad que se contagien. Está muy bien. ¿Y los que trabajamos en grandes
fábricas, nos desplazamos en el Metro y medios de transporte masivos, qué,
nosotros sí tenemos que exponernos para garantizar que los negocios sigan
funcionando?
Es lógico
que se suspendan las clases y las actividades en los lugares públicos. De esto se
habla por todos los medios como la santa solución. Pero nadie habla de las
obreras y obreros, quienes debemos seguir expuestos a contraer el virus.
Los señores
Belmont, Romero, Benavides, Brescia, Rodriguez Pastor y sus familias se han
puesto a buen recaudo y seguramente toman sol en sus piscinas mientras la
mayoría del pueblo vive en pánico.
Preguntamos:
¿por qué los males sociales lo tenemos que pagar los obreros y obreras? Porque
esta sociedad es de clase y los ricos son los que detentan el poder. Esto es
como la guerra: mientras ellos se disputan el botín los que ponen los muertos
son los pobres.
Del mismo modo
el gobierno también dice hay que comprar jabón, alcohol, toallitas y nos da
instrucciones de cómo lavarnos las manos. Las familias pudientes ya vaciaron
las grandes tiendas provisionándose de todo. Y los pobres, los que no tenemos
plata, ¿qué? Preguntamos: qué le cuesta al gobierno repartir masivamente o colocar
en lugares públicos bidones de agua, jabón y otras recursos mínimos?
El gobierno
dice que está preparado para enfrentar la propagación del mal, pero es mentira.
No existe capacidad para realizar análisis masivos. No existe capacidad (equipamiento,
médicos, espacios físicos) para atender a los que caigan enfermos. Hoy mismo en
Iquitos la gente afectada por el Dengue está muriendo en las colas del Hospital
regional, porque no existe capacidad de atención ante este flagelo que ya cobró
la vida de 23 personas.
Si se
propaga el mal que Dios nos agarre confesados porque los trabajadoras/res estamos
indefensos. Para evitarlo solo queda un camino: tomar en nuestras manos la
lucha contra la propagación del mal. No aceptemos ser conejillos de indias del gobierno
y de los empresarios: el gobierno no quiere gastar plata, como no lo hace para
reconstruir el Norte ni para combatir al Dengue; y para los empresarios
nosotros somos un “costo” y con la reforma laborar buscan abaratar más lo que
ya es barato, lo que no asegura que cumplan ni con las previsiones mínimas que
ha dispuesto el MINTRA. Los únicos que evitarán que enfermemos o muramos somos
nosotros mismos. ¿Cómo? Actuando, poniendo en acción a nuestras organizaciones
sindicales y a toda organización popular para ser parte de esta batalla.
Esto debe
empezar por los lugares de trabajo donde los sindicatos debemos vigilar que
haya suministro suficiente de artículos de limpieza, evaluando la situación de
nuestros compañeros/ras para que sean evaluados en caso de sospecha sin pérdida
de salario; exigiendo se disponga el uso de mascarillas en las áreas de trabajo
donde tenemos que interactuar con otras personas, como están haciendo en varios
lugares, que se exija a la empresa un lote de medios de limpieza básicos para
las familias obreras, etc. Y si la patronal no cumple, parar y hacer huelga,
porque nos explotan todo el tiempo pero no vamos a aceptar que ahora nos maten.
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