“La suspensión perfecta de labores nos está matando”
9 meses de lucha en Hialpesa en defensa del derecho al trabajo y en contra del cese colectivo.
Redacción de Red Obrera
El compañero
Caceres Bedia dejó de lavar los platos en el restaurante donde cachuelea, para
asistir al enésimo plantón de su sindicato por el cese colectivo que lo afecta
a él junto a otros 190 obreros de Hialpesa. “No
puedo faltar, soy miembro del comité de lucha”, dice, mientras sostiene el
bombo que golpea con toda energía durante la protesta. Moisés Puquio, con los
rastros de pintura fresca en las manos porque dejó por unas horas lar brocha con
la que pinta una casa para ganarse unos cuantos soles, también hizo lo mismo. Así,
todos ellos desde hace 9 meses vienen cachueleando en lo que sea, aun cuando
muchos bordean o superan los 60 años, porque tienen que pagar su sustento
diario y el de sus familias, dado que la empresa los dejó en la calle sin nada
aplicando la “suspensión perfecta de labores” como parte de una solicitud de
cese colectivo, una medida hasta entonces desconocida por todos ellos.
Ahora han
aprendido en sus propios pellejos lo que es, al menos, esa “suspensión perfecta
de labores”: un abuso legal que permite a los empresarios no solo dejar en la calle a sus trabajadores cuando les
da la gana y por el tiempo que quieran, sino además, privarnos de pago alguno e incluso retirarnos el Seguro Social, mientras gestiona nuestro despido. Un abuso porque
nadie puede ser privado de su salario, que es el pan de la familia obrera, o de
su Seguro Social ni de ninguno de sus derechos, sin que al menos se consuma el despido o
se ponga fin al vínculo laboral.
Sin embargo,
este concepto es una herramienta facilitada por la ley a los empresarios, para
que mediante el hambre puedan forzar a los incursos en el “cese” a renuncia
durante el proceso.
En todo el
tiempo que ya dura dicho proceso en Hialpesa el sindicato logró obtener dos
resoluciones a favor porque la empresa no pudo justificar el cese colectivo. Pero
la empresa ante de cumplir dichas resoluciones y reintegrarles sus pagos a los obreros, ha presentado un nuevo recurso, y la autoridad lo ha admitido disponiendo
la revisión de dichas resoluciones. Por este motivo el sindicato gestiona una
entrevista con la ministra, pero, ¡hay!, la susodicha no tiene tiempo para
recibirlos. Así camina esta historia, y continuará, y la empresa seguirá presentando
recursos en la vía administrativa y después en la vía judicial, para alargar todo
lo que pueda el proceso, con el miserable propósito de ganarles a los
trabajadores por hambre y forzarlos a la renuncia "voluntaria”. Así comprobamos el verdadero
significado y propósito de la llamada “suspensión perfecta de labores”.
¿Y qué hace ante
esto el gobierno y el MT? Por supuesto, nada. Ellos cuando no resuelven directamente
en favor de los empresarios se limitan a emitir resoluciones que
no se cumplen, mostrando que están unidos como la uña y la mugre contra los trabajadores, y que nosotros en verdad nos encontramos absolutamente desprotegidos por una legislación
que en apariencia es “igual” pero que en realidad favorece a los empresarios
porque ellos tienen un inmenso poder económico y nosotros ninguno.
Por ello Máximo
Gutierrez, el secretario general del sindicato que día a día vive el drama de
hacer trámites y recorrer pasillos, dice con mucha razón: “la suspensión de
labores nos está matando, y ante
ella no estamos haciendo nada”.
Pero qué
quiere decir cuando afirma “no estamos haciendo nada”. Que siendo un abuso evidente o una violación que se produce todos los días y a la luz del día, nadie hace nada. Y eso que ya son 30
empresas afectadas y siguen habiendo nuevos casos. Nadie está libre de que le
caiga en cualquier momento un “cese colectivo” y con ella la maldita “suspensión
perfecta de labores”. Pero, al mismo tiempo, nadie lo percibe como un problema
o como una amenaza real sino como un problema que no es con ellos. Al menos esta
es la figura que se pinta desde muchas dirigencias y en especial desde la
central que en todos estos casos se enfoca en la larga espera de los trámites,
haciéndose de la vista gorda de la norma que lo permite. Estamos ante un
problema de toda la clase trabajadora y la respuesta debemos darla como clase
trabajadora.
Si la
“suspensión perfecta de labores nos está matando” hay que matar la suspensión
perfecta de labores, hay que matarla y enterrarla cabeza abajo para que jamás
vuelva a levantar cabeza. Así de sencillo. Y la fórmula es simple: que se
derogue el artículo 48 Literal C del DS 003-97-TR, que dice: “Asimismo, el
empleador podrá solicitar la suspensión perfecta de labores durante el periodo
que dure el procedimiento, solicitud que se considerará aprobada con la sola
recepción de dicha comunicación, sin perjuicio de la posterior verificación de
la autoridad Inspectiva de Trabajo”.
Esta
derogatoria debe hacerse mediante una ley aprobada por el Congreso que se estrenará los próximos días, o
por Vizcarra que luce feliz porque navega en popularidad.
Pero esto lo tenemos que exigir luchando y movilizándonos, junto a la lucha por
la derogatoria de las normas de “reforma laboral, la derogatoria de las normas
que vulneran el derecho a huelga, etc.; porque de otra parte está jugando la CONFIEP, con sus tentáculos en el mismo Palacio. La lucha por la
derogatoria inmediata de la “suspensión perfecta de labores”, que de perfecta
lo único que tiene es su completa hipocresía e impunidad para afectar los derechos
elementales, es una tarea inmediata y urgente, que debe permitir que al menos se les remunere y se les pague su Seguro Social a los que están en curso de "cese colectivo" en Hialpesa, Cogorno, BSH y otras empresas, y para que jamás vuelva a cometerse este atropello legalizado contra los trabajadores. Manos a la obra compañeros.
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