¡Y SALIO LA CLASE OBRERA!



El 15 de enero las calles se inundaron de obreros y obreras indignados contra el gobierno de Vizcarra y su "reforma laboral"

Escribe: Redacción de Red Obrera

Masiva y contundentemente salió la clase obrera el día de ayer en repudio al gobierno Vizcarra y su pretendida reforma laboral.

Una gigantesca marcha de obreros y obreras de distintas bases con sus banderolas, copamos de hecho las calles de Lima y marchamos hasta el cansancio gritando “Vizcarra y Congreso la misma porquería”, expresando así nuestra profunda indignación ante la aprobación del DS con el que el gobierno pretende suprimir nuestra estabilidad laboral, recortar vacaciones, gratificaciones y otros derechos ganados con nuestra lucha. Lo mismo ocurrió en distintas regiones del interior.

La contundencia fue puesta por la presencia de la base obrera. De Molitalia llegaron casi todos los trabajadores de sus plantas de Venezuela y Los Olivos, y con sus dirigentes pasando lista en mano. El SITOBUR, distinguido por el color naranja de sus uniformes de faena, se hizo presente con toda la fuerza con la que vienen luchando por su incorporación a planilla. Los obreros y obreras municipales de otros distritos, expresaron en su desplazamiento caótico y desorganizado la masividad de su presencia. Incluso la Federación Minera se hizo presente con delegaciones venidas del interior.

Luego de encasillarnos con centenas de policías a lo largo de toda la marcha, mostrando la eficacia que no muestran en el combate a la delincuencia, la gendarmería de Vizcarra montó una provocación al final deteniendo a varios activistas y reprimiendo a otros tantos causando varios heridos.

 La enorme movilización fue una muestra que la venda que se colocó sobre los ojos de la clase obrera en los últimos años y sobre todo en los últimos meses y que ha llevado a empoderar al gobierno Vizcarra como progresista y cabeza de la lucha contra la corrupción, se cayó. El DS 345-2018-EF emitido en la noche del año nuevo, bastó para que la clase obrera identificara claramente a quién verdaderamente defiende y representa el gobierno: a la patronal.

A partir de este hecho se desarrolló una intensa actividad en las bases. Un grupo de dirigentes, ese puñado de duros y curtidos en la refriega diaria contra los ataques de la patronal (Sitobur, Hilandera, Celima, Molitalia, Cogorno, entre otros), promovieron un primer y exitoso plantón en las puertas del Ministerio de Economía, y luego ante la convocatoria del 15 sacaron volantes, organizaron asambleas, hicieron puertas de fábrica. Otros como el Sindicato Molitalia organizaron charlas de concientización sobre cómo con dicha reforma, en verdad, buscan desaparecer nuestros sindicatos. El mismo día 15 desde tempranas horas, unos organizaron plantones (como en Celima), otros se dirigieron al Cementerio de Vitarte a rendir homenaje a los líderes que hace 100 años hicieron posible la conquista de las 8 horas. Por la tarde, esos mismos dirigentes se apostaron en las puertas de las fábricas, y cargando bombos, banderines y chicharras, subieron en buses y autos a sus compañeros y compañeras para llevarlos a la concentración. Y durante la marcha, mantuvieron organizados y disciplinados a sus cros., y algunos terminaron la jornada con asambleas en la Plaza San Martín.

De este modo, la gran jornada de ayer fue un logro de estos corajudos dirigentes y activistas que realmente se encuentran al frente de las actuales luchas obreras contra los ceses colectivos, los cierres y  otras demandas. Son pocos, pero son. Al final, en medio del cansancio, ellos expresaban en sus rostros alegría. Alegría por la tarea cumplida, ¡y con creces!

Pero la satisfacción no solo era por la tarea cumplida sino porque en el fondo la jornada había sido una medición de fuerzas. Que la marcha haya sido masiva y contundente le da confianza y conciencia de su fuerza a la clase obrera. Somos una fuerza de 13 millones pero los patrones hacen lo que se les canta con nosotros y nuestros derechos porque estamos casi dormidos, y eso nos hace sentir disminuidos. Solo adquirimos confianza cuando medimos fuerza. Y la jornada de ayer sirvió para eso: para ver que realmente somos fuertes.

De esta gran jornada, por supuesto, no han informado casi nada los medios de comunicación. Es completamente claro que ellos tienen su propia agenda y sus propios intereses en la actual crisis, por ello manejan la información conforme a ello. El hecho es que nosotros los trabajadores vimos y vivimos una experiencia que ahora mismo está siendo llevada de vuelta a las fábricas y los barrios por miles de trabajadores, donde la comprensión de que nuestro enemigo es el gobierno empieza a hacerse más firme y extendida. Digan lo que digan las encuestas, luego del 15 ya nada será lo mismo en la actitud de la clase obrera y en el movimiento popular que comenzarán a actuar con su propia agenda y demandas.

Y ahora ¿qué viene?
Esto es clave porque hay que preguntarse ¿qué sucederá ahora? Más concretamente: Vizcarra, viendo la magnitud de la marcha, retrocederá? Opinamos que NO. Vizcarra es patronal y su agenda es el de la CONFIEP. Para la patronal la reforma es clave para recuperar sus ganancias que se cayeron por el enfriamiento de la economía. Como son incapaces (por el modelo que aplican) de hacer crecer la economía la única opción que tienen es meter mano al bolsillo de la clase obrera. Por eso necesitan la reforma con urgencia. Claro, ahora están apelando al recurso de los ceses, cierres, no solución a pliegos, etc.; pero un marco legal les permitiría arrasar con los sindicatos sin más. Por ello, al silencio que imponen sus medios el ataque empresarial en cada fábrica va a continuar, la CONFIEP presionará más ante sus agentes del gobierno (a ellos no les importa que Vizcarra se queme) y en la próxima marcha hasta pueden reprimir más. No esperemos nada bueno de quien es nuestro enemigo.

Lo máximo que puede hacer es invitar a la CGTP al “diálogo” en el que ya están la CAT, CUT y CTP, como una maniobra para desmovilizarnos. Ninguna central, incluida la CGTP, debería participar de un “diálogo” donde se pretende recortar derechos. Es como si “dialogáramos” con nuestro verdugo sobre la manera cómo nos cortará el pescuezo. El único diálogo que aceptamos es sobre nuestros reclamos y no sobre el recorte de nuestros derechos. Se dice que participando en dicho “diálogo” se puede bloquear cualquier acuerdo. Sí, pero eso no impide que el gobierno siga adelante con su plan. 

Además el decreto ya está aprobado y aunque no se aplique ahora es una espada sobre nuestras cabezas que dejarán caer en el momento que consideren propicio. Esta es la experiencia con el DS 013-2014 de Humala que facilita la aplicación de los ceses colectivos. En su momento salimos a movilizarnos pero no alcanzamos a derogarlo. Entonces se decía “no se aplica”. Hoy, amparados en dicho decreto, más de 20 empresas han aplicado ceses colectivos y otros se alistan a hacerlo. Por eso el decreto 345-2018-EF tiene que ser derogado, y la movilización no debe parar hasta que lo logremos.

¿Qué hacemos?
En definitiva, necesitamos continuar la lucha hasta la derogatoria de dicho nefasto decreto. Y no solo esto: hasta que se resuelvan los graves problemas que atraviesan numerosas bases: ceses colectivos, cierre de fábricas, despidos, pliegos sin solución, pase a planilla de los obreros y obreras del SITOBUR, etc. Es momento de reconocer que nada podemos aislados y que los problemas que enfrenta la clase obrera deben resolverse en el terreno político. Vizcarra todo el tiempo se pronuncia sobre cualquier cosa que le suene “popular”. ¡Pero jamás se pronuncia sobre los graves problemas que atraviesa la clase obrera! Con la movilización hay que exigirle que se pronuncie y que los resuelva.

En esta perspectiva hay dos actividades cruciales en las semanas que vienen. Uno es el Paro Textil del 22 de enero, convocado contra la reforma laboral. En torno a dicho paro debemos hacer el mismo esfuerzo por sumar nuestras bases para convertir este paro en una nueva respuesta contundente de la clase obrera. La otra es que la poderosa Federación Minera realiza el 8 y 9 de febrero una Asamblea Nacional donde acordará el inicio de una Huelga Nacional del sector, lo que sería una maciza respuesta obrera tratándose del sector más importante de nuestra economía. Hay que enviar saludos a la Federación Minera (fntmmsp@hotmail.com).

Pero más que esto, necesitamos discutir la realización de un Paro Nacional. La patronal mira de reojo nuestras movilizaciones. Pero solo responderán si afectamos sus bolsillos con un Paro Nacional. Por eso hay que colocar en la agenda de nuestras asambleas para discutirlo con nuestros compañeros y compañeras la preparación de un contundente paro nacional.

Dicho paro, para que sea auténticamente obrero y popular, deberá recoger las principales aspiraciones de nuestro pueblo, principalmente la lucha contra la corrupción, en el que demandamos cárcel preventiva para todos los implicados, y confiscación de sus bienes, principalmente de Odebrecht.

Tareas

Las tareas inmediatas:

Primero. Hay que hacer asambleas en cada base para balancear la actividad, fortalecer la explicación, dar más confianza a nuestros compañeros y compañeras y convencer a los dudosos. Hay que llevar esta información a las bases y sectores que no participaron, para sumar. En donde sea posible y necesario, organizar charlas sobre la reforma de Vizcarra, como lo hizo el Sindicato Molitalia con buenos resultados.

Segundo. Hay que seguir fortaleciendo las coordinaciones de base, las asambleas de federaciones y de delegados. Afiatar la organización obrera y los espacios de autoorganización son claves porque, como hemos visto, ellos son los que garantizaron el éxito de la jornada.

Tercero. Hay que alistarse ya mismo para participar con todo en el Paro Textil para convertirlo en un nuevo hito obrero, y enviar saludos a la Federación Minera para alentarlos en la preparación de su Huelga Indefinida.

Colofón
La oportunidad es propicia para una pequeña reflexionar final. Ayer 15 se cumplieron 100 años de la gran gesta (una huelga obrera del 13 al 15 de enero de 1918) con la que nuestros bisabuelos conquistaron la jornada de 8 horas. Todo el siglo XX fue también de grandes luchas obreras, con muertos, dolor y mucha sangre dejada en el camino, pero que nos permitió conquistar la seguridad y salud en el trabajo, el derecho a huelga, la estabilidad laboral, el seguro social, las vacaciones, las utilidades, etc. Nada nos han regalado. La dictadura de Fujimori barrió con una parte de estos derechos. Ahora el nefasto Vizcarra quiere acabar con el resto. ¿Es posible que 100 años después volvamos a nuestra situación de 1918? No es posible. ¡No lo vamos a permitir, aunque nos vuelva a costar más sacrificio y sangre!

Por ello, el de ayer fue el mejor homenaje que pudimos haberle rendido a los 100 de esa gran gesta obrera y a Portocarrero, Fonkén, Barba, los Lévano y a los líderes obreros que la hicieron posible. Con una lucha unificada y con dirigentes decididos al frente la clase obrera se abrió paso en la historia en los albores del siglo pasado. Con ese mismo ejemplo, 100 años después, tenemos el deber de defender nuestras conquistas. Así también temeos la misión de abrir un futuro mejor para nuestros hijos y para nuestro pueblo. ¡Viva la clase obrera! ¡Sin luchas no hay victorias! ¡Vizcarra y el Congreso la misma porquería! ¡Vamos compañeros y compañeras, hasta la victoria!


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